dissabte, 5 de desembre del 2009

Un desatino en lo universal


Escena inquisitorial, de Goya

- Mamà! Pere ha dicho: “Dret a la diferència!”. Y también: “Ves-te’n a fer la mà!” Y: “Toca’t els teus collons, que jo ja em tocaré els meus!”. Al final ha dicho no se qué de “nació catalana”. ¿Verdad que es una blasfemia? Yo le he dicho que irá al infierno. Se ha reunido con unos cuantos y hablan misteriosamente en dialecto catalán, que yo no entiendo muy bien. De vez en cuando oigo las palabras “pluralitat”, “dret a decidir”. Pero, lo que es aún peor, quieren decir lo que piensan, quieren manifestarse como son y que los comprendamos. Quieren convertir el colegio de Santa Francisquita del Brazo Incorrupto de Santa Teresa en “un colegio plural en el que quepan todos”, dicen. Creo que confunden libertad con libertinaje. ¡Están locos!

- No te preocupes, hijo mío. Ahora se lo diré a la comisión disciplinaria y les dará su merecido. No se puede ir por ahí profiriendo palabrotas prohibidas, formando capillitas e inventando un lenguaje críptico para que no los entendamos. Menos mal que tenemos un reglamento y una comisión que vela por que se cumpla. Hay que cortar por lo sano y no andar con contemplaciones para que este colegio sea uno, grande y libre. Un único colegio, con un único reglamento, una única comisión disciplinaria (inasequible al desaliento y con una ejecutoria impoluta), un único lenguaje y un único cuerpo de prefectos, que es y será nuestra columna vertebral, lo más sano del colegio. Menos mal que hemos conseguido depurar la comisión disciplinaria de algunos elementos sospechosos (uno, por ejemplo, que se mostraba demasiado comprensivo con los rebeldes, ha sido recusado) y hemos bloqueado la renovación de unos cuantos, por si acaso eran sustituidos por otros “comprensivos” y “tolerantes” (incluso podríamos conseguir algún que otro tránsfuga del grupo de nuestros adversarios, gracias a los buenos manejos de nuestros socios acomodados. ¿Qué mejor uso podría tener su potencial económico?). Así, las decisiones que salgan de ella serán rectas y justas. Importa poco lo que somos cada uno. Importa lo que debemos ser según el ideario del colegio, interpretado por nosotros. ¡Hemos de vencer! Todos iguales (el mismo lenguaje, el mismo uniforme y la misma insignia, bajo el mismo reglamento, la misma comisión disciplinaria y el mismo cuerpo de prefectos). Y el que no sea igual y lo manifieste, peor para él. Se le extirpa, y en paz. No se pueden permitir otros colegios en el interior de éste. “Pluralitat”. ¡Menuda palabreja! Colegio Santa Francisquita del Brazo Corrupto de Santa Teresa no hay más que uno, como la madre que nos parió. Pertenecer a este colegio es una de las cosas poco grandes que se puede ser en el mundo, porque somos un desatino en lo universal.

- ¡Mamá, que te has equivocado en eso de "corrupto“, "poco grandes” y “desatino”!.

- Bueno, es igual, tú ya me entiendes. Un colegio unido, grande, prestigioso y libre de toda intromisión degenerada.

(Qualsevulla semblança d’aquesta historieta amb la realitat no seria, a tot estirar, més que pura coincidència).